El traslado al exterior: la operación controvertidaEn 2024, el BCRA realizó "rebalanceos" trasladando una porción significativa del oro físico al exterior (estimada en hasta 37 toneladas, equivalente a unos USD 5.000 millones en valor). Estos movimientos se efectuaron en operativos discretos, incluyendo envíos en aviones comerciales, y se destinaron principalmente a Londres, en bóvedas del Banco de Inglaterra o cuentas asociadas al Banco de Pagos Internacionales (BIS) en Basilea, Suiza.

El ministro de Economía, Luis Caputo, defendió la medida como "muy positiva": el oro en bóvedas locales en Buenos Aires es "inmóvil" y no genera rendimientos, mientras que en el exterior permite obtener intereses o usarlo como garantía en operaciones financieras (como swaps o repos) para mejorar la liquidez.

La polémica por falta de transparenciaLa operación generó fuertes críticas por opacidad:

• El BCRA se negó inicialmente a revelar detalles, contratos o destinos exactos, argumentando riesgos de seguridad y posibles embargos (dada la historia de juicios contra Argentina, como el de YPF).
• Revelaciones indicaron que no existen contratos formales con custodios extranjeros (BIS u otros), lo que abrió cuestionamientos sobre irregularidades administrativas o incluso penales.
• La Auditoría General de la Nación (AGN) y opositores (como Sergio Palazzo y Julia Strada) exigieron información.

En diciembre 2025, la Justicia (Sala V de la Cámara Contencioso Administrativo Federal) ordenó al BCRA transparentar los movimientos: cantidades, fechas, destinos y justificaciones. El fallo consideró "genéricas" las excusas de confidencialidad del Central.Situación actual

• Nada indica que el oro se haya vendido o perdido: el stock físico total permanece estable, y solo cambió de ubicación para mayor rentabilidad.
• Parte queda en bóvedas del BCRA en Buenos Aires; el resto, en el exterior (principalmente Londres).
• La suba del precio del oro actuó como "salvavidas" contable, impulsando las reservas brutas pese a netas negativas.
• El debate continúa: mientras el Gobierno lo ve como gestión eficiente, críticos alertan sobre riesgos de embargo en plazas como Londres y falta de controles.

En resumen, "lo que pasó" fue un rebalanceo estratégico para optimizar rendimientos, pero envuelto en controversia por secretismo. La presión judicial podría traer más claridad en 2026, en un contexto donde el oro representa cerca del 20% de las reservas brutas del BCRA.