Estas declaraciones fueron realizadas en una entrevista con la agencia estatal rusa TASS, donde Lavrov criticó a Occidente por utilizar Taiwán como "instrumento de contención militar-estratégica" contra Beijing. Acusó a algunos países de beneficiarse económicamente de la isla (a través de ventas de armas y acceso a tecnologías) mientras declaran públicamente adhesión al principio de "una sola China", pero en la práctica apoyan el statu quo separatista.Lavrov recordó que esta postura rusa está consagrada en el Tratado de Buena Vecindad, Amistad y Cooperación firmado entre Rusia y China en 2001, que incluye el principio de apoyo mutuo en la defensa de la unidad nacional y la integridad territorial. En caso de escalada en el Estrecho de Taiwán, Rusia respaldaría a China.


Contexto geopolíticoLa reafirmación ocurre en medio de maniobras militares chinas a gran escala en el Estrecho de Taiwán y crecientes fricciones con Estados Unidos y aliados como Japón. Lavrov también advirtió a Tokio sobre su "curso hacia la militarización", instando a "pensar cuidadosamente" las consecuencias para la estabilidad regional.

Esta declaración refuerza la alianza estratégica entre Moscú y Pekín, presentada como contrapeso al "hegemonismo occidental". No representa un cambio de política —Rusia ha mantenido esta línea desde hace décadas—, pero su timing envía un mensaje claro de solidaridad en un momento de alta tensión global.Fuentes principales: TASS, Reuters, ANI, Global Times y medios internacionales (28-29 diciembre 2025). La posición rusa es consistente con la mayoría de países que adhieren al principio de "una sola China".