Este incremento nominal respecto a 2025 no representa un crecimiento real, ya que se ve erosionado por la inflación proyectada y la devaluación. Analistas y fuentes especializadas destacan que el presupuesto implica un ajuste efectivo en áreas clave como funcionamiento, adiestramiento, compra de bienes y, específicamente, salarios.Razones principales

• El alto porcentaje destinado a personal deja margen reducido para inversión operativa o recomposiciones salariales adicionales.
• No se prevén partidas extras para aumentos en el primer trimestre de 2026; cualquier ajuste dependería de decisiones discrecionales posteriores (vía decreto o reasignaciones), pero el contexto de restricción fiscal general del gobierno Milei hace improbable un incremento temprano.
• Críticas de opositores (como Agustín Rossi) y especialistas señalan que este es uno de los presupuestos más bajos en términos reales para Defensa en años recientes, priorizando el equilibrio fiscal sobre mejoras en haberes.

Los aumentos salariales de 2025 (escalonados hasta noviembre, acumulando ~20,5%) se financiaron con créditos de ese ejercicio y no se extienden automáticamente a 2026. El nuevo ministro Carlos Presti enfrenta este desafío, pero el presupuesto aprobado no contempla subas inmediatas para el primer trimestre.En resumen, no existe posibilidad presupuestaria explícita ni margen real para aumentos salariales militares en enero-marzo de 2026, según la ley vigente. Cualquier cambio requeriría modificaciones posteriores, sujetas a la disponibilidad fiscal general.